El incremento mensual de los precios se vio principalmente impulsado por el índice de vivienda, el cual representó más del 50% del aumento total.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) de Estados Unidos informó hoy que la tasa de inflación en el país se ha mantenido constante en un 3.7% durante el mes de septiembre, marcando el tercer mes consecutivo en el que no muestra signos de disminuir.
Este estancamiento en la inflación sigue a un aumento de dos décimas en agosto y cinco décimas en septiembre, después de un año de declives anteriores.
En lo que respecta a la variación mensual, los precios al consumo experimentaron un aumento de cuatro décimas en comparación con el mes anterior. Mientras tanto, la inflación subyacente, un indicador fundamental considerado por la Reserva Federal en sus decisiones sobre tasas de interés, disminuyó en términos interanuales en dos décimas, situándose en el 4.1%.
El índice de vivienda destacó como el principal impulsor del incremento mensual de los precios, contribuyendo con más del 50% de dicho aumento. En concreto, los precios de vivienda subieron seis décimas en términos mensuales y han acumulado un incremento del 7.2% en el período interanual.
Este concepto abarca una variedad de elementos, que incluyen el arrendamiento de la residencia principal, los gastos de alojamiento fuera del hogar, la cuota de alquiler equivalente asumida por propietarios y el costo del seguro del hogar.
Después del significativo aumento que experimentaron en agosto, los precios de la energía subieron un 1.5% este mes, y en términos anuales, mostraron una disminución del 0.5%. En el caso de la gasolina, que había registrado un aumento del 10.6% en su precio en agosto, en septiembre tan solo aumentó un 2.1%.
El índice de precios de alimentos aumentó un 0.2% en septiembre, lo que lleva a un incremento del 3.7% en la comparación interanual.
Hasta el mes de julio de este año, la inflación en Estados Unidos había registrado una disminución en su tasa anual durante un período continuo de 12 meses.
Este declive comenzó en junio de 2022, cuando alcanzó un máximo histórico en los últimos 40 años, situándose en un 9.1%. El incremento se debió a la interrupción de la cadena de suministro causada por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como a los últimos efectos de la pandemia.
No obstante, en el mes de julio, los precios experimentaron un repunte de dos décimas, llegando al 3.2%. Y en agosto, aumentaron en cinco décimas.
Con el objetivo de gestionar la inflación, la Reserva Federal inició un ciclo de aumento de las tasas de interés en marzo del año pasado. Tras once incrementos, las tasas ahora oscilan entre el 5.25% y el 5.5%, alcanzando su nivel más alto desde 2001.
En su más reciente reunión, el banco central de Estados Unidos optó por elevar las tasas, y existe una alta probabilidad de que se produzca otro aumento antes de que termine el año, en una de las dos reuniones que aún están programadas.
El organismo regulador divulgó ayer las minutas de la reunión llevada a cabo los días 19 y 20 de septiembre, en las cuales se señala que la mayoría de los asistentes opinó que sería probablemente adecuado aplicar un aumento adicional.
De acuerdo con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aún se requerirá tiempo para evaluar los impactos de la política monetaria del banco central, en particular en lo que concierne a la inflación, la cual aún tardará varios meses en retornar al nivel deseado del 2%.